Enhorabuena. El Madrid es el campeón de la más extraña Liga de la historia. La Liga del ‘coronochino’ se la lleva el equipo asintomático con el virus del gol.
Tuvo un grave error de confianza a la luz de la luna de la Alhambra, como en uno de los cuentos de Washington Irving. A los diez minutos, con el estrambótico retorno de los absurdos cinco centrocampistas de ese genio táctico que es Zidane, creyó que había dado por concluido el lance y ya se veía como campeón intocable.
Tanto se miró el ombligo, que al primer fallo de Casemiro, mientras se retorcía en su toque más toque inútil, Courtois sufría el castigo de encajar su primer gol en seis partidos. Encima un gol por debajo de las piernas. Y el Granada se metió por debajo de las piernas madridistas hasta tocarle bastante sus atributos. El equipo de la Alhambra tuvo dos fogonazos que pudieron causar el empate y el último suspiro de vida azulgrana. Pero Courtois y Ramos acabaron aparcando a los granadinos en el patio de los leones.
Todo ello en más de 20 minutos finales apasionantes como si al Granada le fuera la vida en empatarle al rey del virus de la Liga. Una vez más la flor esencial en el trasero de Zidane apareció en ocasiones oportunas.
Y todo cuando uno creía que el Madrid había hecho un primer tiempo ejemplar. El mejor en esta pandemia. Aunque cuando llegó el gol granadino, el Madrid ya sufría por la pesadez de Isco, que no podía con su culo, por la edad de Modric y la desaparición de Benzema, agravado por un Valverde que no es el mismo de hace meses , aunque su entrenador no le ha devuelto a sus mejores posiciones.