El estilo de Pep Guardiola es, posiblemente, uno de los más identificativos (que no previsibles) del mundo del fútbol. Gusto por el toque, balón y control en el centro del campo y rapidez en la gestión del ataque arriba.
El Real Madrid y Zinedine Zidane lo conocen bien, como demostró que los tuvieran contra las cuerdas en el partido de ida… hasta que perdieron la gasolina en los últimos minutos, y Gabriel Jesús y De Bruyne se lo hicieron pagar.
Ese 1-2 con el que cayeron en el Bernabéu en los tiempos previos a la pandemia les da alas, pero tendrán que sostenerlo. Lo advertía Guardiola en la previa: «Vamos a tener que defender, harán contraataques. Nosotros intentaremos llevar el partido hacia donde más podamos hacerles daño».