A Manolo Cáceres todos le conocen como Manolo ‘El del bombo’, pero este apodo podría estar a punto de desaparecer, literalmente, porque a sus 71 años se va a jubilar, su bar está cerrado, no piensa abrirlo más y medita subastar alguno de sus bombos porque, con sólo “cuatro cientos y pico euros” que ingresa ahora al mes, necesita dinero para comer.
“Han venido muchas veces a comprarme el bombo y siempre decía que no lo vendería por nada en el mundo, pero ahora estoy dispuesto a hacerlo”, señaló a EFE Manolo en una conversación que arrancó entre lágrimas y que acabó con una rotunda declaración: “Me jubilo. Si puede ser el mes que viene, mejor”.
A Manolo, que lleva 45 años animando con su inseparable bombo a la selección española, le jubilan un virus y la crisis. “Había invertido en género para estos tres meses porque venían las Fallas y quedaban partidos de Liga. Estoy en números rojos y el bar ya no lo abro más. En junio acabo el contrato de alquiler porque iría a peor”, explicó.